Martes de insomnio

Eugenio Gutiérrez


Promesas desveladas

Fue eterno, fue genial como cantábamos por última vez, con toda la energía, toda el alma, estábamos perdidos, pero relucientes a encontrar el camino correcto, nos aventábamos hacia la pared, esperando abrazos, jurábamos terminar con nuestras quejas, pero lo único que se mantuvo fue tu tono de voz. No decido, si mi historia es de tristeza, amor, o desamor, ¿cuál será? Una variación de las tres juntas, todo sucedió al mismo tiempo. Mil sentimientos con solo una mirada. Derrame de felicidad, trataremos de brincar por todo el fin de semana, sonreír por un lustro, llorar lo suficiente para llenar una alberca, hablar mágicamente hasta que ganemos, hasta que recordemos que la felicidad siempre es algo que llega con tus tacones.

Liberamos experiencias fantásticas, jugamos con miradas, unas van lanzadas con furia, a veces las tuyas, a veces las mías. Odiamos oportunidades, amamos conformidad, nunca esperamos cambio. 

Nunca vas a saber como me haces sentir, porque no tengo la valentía para decírtelo, no tengo la fuerza para soltarme, como el viento, ni para no contar el tiempo cuando aparecen los abrazos, ni para no tomar en cuenta el ruido ambiental cuando nos miramos.

Todo esta chingón, hasta cierto punto, hasta el punto que nos quejamos, hasta el punto de frustraciones escondidas en las arterias, de mentiras ocultas en las páginas de tu libro favorito.

El amor bueno es el que se encuentra en esquinas, en memorias olvidadas, en miradas con los ojos grandes. Trato de recrear memorias en mi mente, pero la única memoria que siempre se me presenta es tu despedida.

Esas fotos que nos hacen sentir todo, que nos hacen llenar la madera del piso con lágrimas frías, hielo. ¿Qué será de nuestras vidas? ¿Una gloria inalcanzable? ¿Unos momentos de felicidad, o escapes de ilusiones? ¿Jerarquías de amores perdidos?

Eugenio Gutiérrez, © 2023



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Sobre Mí

Soy Eugenio Gutiérrez y mis ojos están llenos de historias.

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