Martes de insomnio

Eugenio Gutiérrez


En conclusión

Regresamos y regresamos a los únicos cuatro abrazos, a las mentiras que no se mueven, a las sonrisas que no cambian. Pudiéramos ver el atardecer todos los días, pudiéramos aprender lo que nos deprime, pudiéramos llorar, y poner una cara expresando sentimientos que solo podemos entender cuando nos vemos llorar en el espejo. Acostado en la alfombra volteando hacia el techo de nuestro cuarto con música a todo volumen, con todas las luces del cuarto prendido, con la cara roja de tanto llorar, ahí es cuando nos acercamos a entendernos. Cuando tenemos la habilidad de voltear al cielo fresco, al horizonte infinito, a las montañas, a los montes, voltear a ver a los ojos. Los ojos te cuentan tanto, te dicen las emociones en cada instante, te dicen la cantidad de melancolía en cada día, vivo por esas miradas, y muero por esas lágrimas. Esos ojos, estando a medio metro de ti, los dos estando sentados, con la intención de reír, pero sabiendo que no podíamos sonreír, era un momento de paz, me contabas toda tu vida, todas tus lágrimas, me contabas todo con solo un movimiento de cejas. Se siente la voluntad de querer seguir amando, tus movimientos melódicos, se sienten tus brazos galácticos sobre mis hombros dañados.

Trato de separar influencias, pero debo de entender por qué te vas sin girar tu cintura. No puedo caerme en cámara lenta, desde un barranco, como una película,  siento la fuerza de la tierra jalarme hacia el suelo, caigo de espaldas, mis lágrimas llegan al suelo cuatro segundos después de mi cuerpo, caigo con alivio. Con el alivio de que estás tú para agarrarme, tus brazos llenos de amor.

Y si sabemos de las alarmas, de despertarnos, de las épocas de enero de insomnio, a las 2:14 a.m. Al centro de nuestra felicidad, qué pasaría si aprendiéramos de nuestras victorias, y llorar de nuestras derrotas.

Detente, como los abrazos. Aliviate de los días nublados, de los lunes con lluvia donde no podemos pensar, donde nos forzamos a sonreír. Podemos llorar todas las tardes, desvelarnos todas las noches, levantarnos con sueño, pero necesitamos seguir poniendo alarma, seguir brincando a las caídas necesarias, gritarle a nuestros sentimientos de rencor. 

Recorremos la mente tratando de buscar recuerdos de la infancia, los que no recordamos mucho, solo los olores, las sonrisas, el clima del día. Nos acordamos de una época cuando todo era más fácil, un camino más sencillo, menos lágrimas y más gozos. 

Seguimos buscando esos gozos, escondidos en la otra cuadra, en otra persona, en la persona correcta que llevamos buscando todos nuestras noches.

A ver si el universo se resuelve enfrente de nosotros, a ver si por fin podemos vernos juntos en esos espejos, a ver si puedo sentir tu palma, a ver si cancelamos todos los días del año, que todos los días sean nuestros.

Eugenio Gutiérrez, ®2023



2 respuestas a “En conclusión”

  1. Me gusto esta interesante y profundo

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  2. Muy Bueno

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Sobre Mí

Soy Eugenio Gutiérrez y mis ojos están llenos de historias.

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