
Ya no existen las semanas, ya nos aturdimos tanto que ya no existen los calendarios, ni los celulares, a huevo.
Ahora el romance se siente real, vas a un bar sin saber qué día será mañana, ahora podemos hablar honestamente sin presión de que nos griten, ahora podemos bailar con pasión, cantar sin pensar dos veces.
Ahora solo existen las Polaroids de besos auxiliares. Las llamadas de teléfono fijo ahora tienen sentido, pinche Jobs.
Ahora todos los días se sienten como asuetos.
En las playas siempre se nubla, en los montes llueve esperanzas, en las calles el vaho se reconoce rotundamente. El orgullo desaparece, el odio disminuye, el amor aumenta.
Ahora ya podemos dejar de desgastar el esternocleidomastoideo y voltear hacia el nivel del mar, hacia donde el cuerpo de ella sale de la neblina.
Eugenio Gutiérrez, © 2024

Deja un comentario