
¿Quienes somos al dormir? Unas cuantas células tratando de verse importantes. Me encuentro en un baldío, dentro de la gran ciudad, humillado por la saliva de la gente de dinero, tratando de negar el miedo que siento cuando llega la noche.
Sólo quiero seguir tus indicaciones, observar y copiar tus pasos.
No puedo resistir la cálida sonrisa que aparece en mi rostro cuando pienso en esta vida, quizá solo es una, o quizá ya son eternas las que vivimos. Puede ser que fuimos átomos de una estrella en una vida pasada, pero lo único que tengo en la mente ahora es tu cuerpo bailando después de la fiesta al lado del mar. Desde ese momento todo en mi vida se volvió insignificante, que la vida me tire todas sus balas, tu pensamiento es mi escudo. Los billetes que todos desean poseer, me cagan. Puede ser que tu amor me este infectando con un virus, o quizá curando de una epidemia.
Espero todo el día para verte a los ojos, todas mis verdades ahora tú las posees, todas mis venas se conectan a las tuyas, ahora mi mano tiene Resistol junto a la tuya. El olor de tu cabello soltará dopamina para siempre, escalaremos el Everest descalzos, nadaremos hasta una isla abandonada y crearemos una metrópolis a partir de nuestros labios. Que el mundo lance sus tsunamis y volcanes, aquí estaremos sonriendo, con la brisa moviéndonos suavemente los rostros hasta que nuestras pupilas choquen.
Junto a ti siento siete continentes bajo mis pies, alucino que las bombas nucleares en el horizonte son estrellas.
Eugenio Gutiérrez, © 2024

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