
Suena Time After Time, se siente como baile de los ochentas, siento el saco duro de algodón causando un sudor intenso, quizá relacionado con tu presencia. Siento la breve inclinación de tu cabeza sobre mi hombro, vemos a todos empezar a bailar con su pareja, nos miramos, me dices todo tu diario con los dos ojos más peligrosos que me he atrevido a mirar.
Me paré de la silla, sin querer tirando la coca y escurriendo toda la mesa. Te di la mano, sin parpadear, levitamos hacia la pista, me persuadías con tus tacones altos, y tu pelo acomodado en cierta manera que me recordaba a una portada de una revista ochentera, se sintió esa época, dónde las preocupaciones eran nulas.
La gente alrededor de nosotros desapareció, la pista se quedó sola, te veía como un sueño imposible, pero recordé que estaba despierto. La canción estaba en repetición en mi cabeza, nunca parecía que iba a terminar el baile, la canción, la época, la noche.
No podía olvidar este momento, quería despertar junto a ella, despertar no sabiendo la década. Junto a ella es la única música que necesito. Amanecer con chispas, bailando.
Bailar en vez de desayunar, meter un poco de emoción a la vida, poner Cyndi Lauper por la mañana, que bailemos otra y otra vez.
Eugenio Gutiérrez, © 2023

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