Martes de insomnio

Eugenio Gutiérrez


El amor, el odio, y los domingos

Acaso nuestros actos son menores a nuestros pensamientos y a nuestras dudas que nos hacen pensar en momentos de lágrimas, en bellezas, en recuerdos grandes, en ilusiones tropezadas.

Las oportunidades de ser felices no se presentan cada domingo, es raro cuando vemos las semanas por como son, es raro que disfrutemos los lunes, que amemos los miércoles. Es difícil gritar por el alivio de estar vivo, de tener por lo menos cuatro personas que te aman, tener a personas que no te permiten que tus lágrimas caigan en una sola prenda de ropa.

Ya ni reconocemos nuestras identidades cuando estamos molestos, cuando suena la alarma. Solo esperamos que sea cierta hora de los viernes para poder ahogarnos en nuestras experiencias que preferimos volver y volver a vivir, en vez de explicarte que el mundo me da tristeza, me causan lágrimas el odio reemplazado por el amor, las esperanzas escondidas detrás de las expectativas.

Todos vemos nuestros futuros, vemos lo que queremos ver, sabemos lo que queremos que pase, pero nunca nos imaginamos cómo vamos a ganarle al lunes, a la tristeza falsa del domingo. Los domingos son para ver qué es lo que peleamos, las sonrisas que en verdad si necesitamos ver, los abrazos que esperamos toda la semana.

Voltear a ver todos nuestros éxitos y aprender que somos grandes, que somos capaces de gloria y pasión, de determinación, de ganarle a la mente y sus pensamientos incorrectos. Nuestros ojos son capaces de obras de arte, de historias.

Eugenio Gutiérrez, © 2023



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Sobre Mí

Soy Eugenio Gutiérrez y mis ojos están llenos de historias.

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