
Quizá el amor sea invisible, quizá la vida está llena de dolores más cabrones que el pasado, a lo mejor las arterias no sirven para nada.
Lloro más de lo que parece, tengo lloradas en silencio solo me quedo serio y lloro internamente, mi corazón empieza a temblar.
Todo tiene un pasado mejor
Los momentos más cabrones de adrenalina son cuando salgo de mi sonrisa y entro a una seriedad, ¿mi corazón late?. No puedo pensar diferente a lo que ya tengo grabado en la mente, para mi no existe el amor, existen ilusiones cortas, pero extendidas. Y las ilusiones empiezan con dos miradas en cambio de clases y terminan con lágrimas y abrazos de rompimientos, de finales.
No me siento seguro en ningún lado, no me puedo ver en el espejo, está cubierto de neblina, imagina que me abrazaras como me abraza mi perro, que la vida me tratara como campeón, “campeón”, que buena palabra, campeón de las sonrisas, campeón de tus sentimientos, campeón del fútbol, y de las advertencias que nos llegan después del chingazo.
Es mejor solo agarrarnos de la mano sin voltearnos a ver. De los pedos vienen las lágrimas y las despedidas, la vergüenza, la lastima, el extrañar, el perdón, el saludo lejano, la frase motivadora, el regalo devuelto, la sonrisa robada, los abrazos perdidos, los gritos de esperanza, los miércoles de carne asada, el abrazo grupal, el mensaje no mandado, el mensaje borrado, la queja, el desprecio, las explicaciones, los suspiros, las pedas, el volver a tocar, el volver a abrir los ojos, la desilusión, la maldición, la determinación a seguir peleando, el punto y seguido, el amor que guardamos, la serenata, el fa, el sol y el do, mi voz galluda, mi grito lloroso, tu sonrisa escondida.
La opción incorrecta es la correcta, siempre, siempre caí en tus trampas que juegan con mis sentimientos, como el infierno, como los ángeles vuelan, como la luz que refleja de tus labios.
Te acordaste que en tus mejores memorias estaba yo, estaba en el fondo de la imagen, pero lo más cerca a ti posible.
Eugenio Gutiérrez, © 2023

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